Merluza Espontánea
(Texto tomado del inicio de una novela que tal vez nunca termine de escribirse)
La vida es un juego de casualidades, siempre. Algunas veces es sólo la repetición de eventos pero son siempre los mismos.
Y aunque los sucesos son casualidades, las cosas en sí no ocurren por casualidad. Extraño que esta reflexión tenga lugar mientras observa el techo de su habitación, que según las leyes de la física debe estar estático, pero no es así. Su mundo es un poco diferente esta mañana. En este lugar paralelo, el techo se mueve, dando vueltas y por momentos sólo columpiándose de un lado a otro. Así es como se comporta el foco del techo de su cuarto. Siente mareos, espontáneamente.
No debió haber despertado de un sueño que tuvo origen en un tiempo desconocido, dado que no recuerda cómo llegó a su casa, ¿casualidad? ¿casualidad que resulta familiar?
Todo es extraño.
Extraño despertar cuando la noche anterior el universo se volcó en contra suya, que importa si es la persona que lo abandonó por haber roto aquel contrato de exclusividad llamado coloquialmente fidelidad, perder a su mejor amigo por haber hecho partícipe a su pareja en el acto antes mencionado y habérsela rayado a unos borrachos de quienes fue víctima de persecución y tenían la única y real intención de propinarle unos golpes. Gente a quien no reconocería en este momento si se pusieran enfrente.
Cuando una persona vive sola, no existe nadie que recuerde lo que es bueno o malo, o que la está cagando. Años atrás, papá le hubiera dicho que corrigiera el camino.
Pero ahora no hay nadie y debe cargar con el mundo en su espalda, haciendo las veces de criminal y conciencia.
Deberá vivir con eso algún tiempo, por lo menos hasta que...
Comentarios