Ambrosia Parsley
Entro a Richards n' Richards, media hora antes de que inicie el show. Decido esperar en la barra con una botella de corona, el bartender le pone un pedazo de limón. A decir verdad, siempre he querido arrojarles la botella en la cara cuando hacen eso, ¿qué acaso no te pueden preguntar los pendejos si quieres o no un pedazo de cítrico en tu cerveza? Y eso pasa en cada bar de Canadá cada vez que pides una corona... aún así la sigues pidiendo. Llámenlo nostalgia, pero beber una corona o una sol te recuerda a casa. Y son las únicas dos marcas de cerveza mexicana que puedes encontrar en casi todos los bares decentes de British Columbia. Puede que haya más variedad en las provincias del este. Ahí estoy pues, con la corona en la mano. Y entonces la veo entrar, es una de esas mujeres a las que tienes que voltear a ver cuando entran a un lugar. De repente, está junto a mí y nos sonreímos. Le pregunta al bartender: ¿Podemos entrar al backstage? Acto seguido, el bartender abre una puerta atrás